2017/03/06

La Costilla

LA COSTILLA (-13/09/2016)

Despertó como despierta cualquiera que vive en la capital siendo día de semana, de manera brusca, pero esta vez, no fue una alarma, en realidad, usualmente tampoco usa alarmas o cuando las pone - o mejor dicho cuando suenan - ya son horas en las que se ha despertado, y tampoco se quedó dormido, lo que lo despertó fue el sonido del celular, estiró el brazo pero en la posición en la que se encontraba no le permitía alcanzar el celular, se dió vuelta y luego de estirar el brazo, hizo lo propio con los dedos de la mano, tanteando la ubicación del celular hasta que lo encontró.

La llamada no era urgente, pero sí era temprano para el tipo de llamadas de negocios, la resolvió con somnolencia pero con firmeza y quedaron en volver hablar al mediodía con quien se encontraba al otro lado de la línea.

Habiendo despertado, cayó en consciencia que el día había empezado, salió a la sala pero no encontró a nadie, ni una nota de por medio, así que automáticamente prendió la Tv, y luego llevó la laptop al comedor, sin embargo, mientras eso sucedía, tal como si fuera una rutina, tenía una sensación distinta, hizo un “escaneo” o mejor dicho un repaso de lo que hacía y decidió que necesitaba algo para empezar el día, y que se preparará un café con leche, pero algo estaba mal, no afuera en la calle, ni en la tv - la que estaba prendida pero era como que estuviera apagado -, era otra cosa, y no era la casa, y tampoco era que no había nadie más que él en ese momento.

Reflexiono y pensó que probablemente despertó mal, así que mejor se echaba de nuevo y nada de café con leche, regresó al cuarto, levantó las frazadas como volviendo a acomodarse en el lado calientito y se echó y abrigó en la cama, pero su mente ya estaba despierta y activa, repasó su sentido del humor, se sentía bien no había nada que lo moleste, ni lo ponga triste, se levantó, podía caminar, sin embargo, algo sucedía que estaba mal, pensó en una pastilla para la cabeza, una aspirina, pero luego inesperadamente tuvo un eructo y sintió algo de frío, instintivamente fue al baño, vinieron más eructos hasta que uno que fué como forzado activó con claridad la localización del problema, la zona baja de la caja toráxica, al lado derecho,  ¿vaso? ¿apéndice? no lo sabía, ,pero de ahí provenía un fastidio, una molestia, una señal completamente clara de que algo estaba pasando y que era ahí donde estaba pasando, estaba tratando de procesar lo que sucedía, cuando vinieron unas arcadas incontrolables y se agachó como para vomitar en el inodoro, pero la posición se hacía insostenible… dolía! el cuerpo se estaba tensando rápidamente en todo sentido, la mente estaba lúcida buscando, tratando de interpretar que era lo que sucedía, pero el dolor corporal y el stress corporal que lo acompañaba progresivamente hacían perder la concentración.

Regresó a la cama, se echó, prácticamente se obligó – se intentó obligar - a dormir, pero era insostenible, tampoco podía acomodarse de costado sea derecho o izquierdo, ya que dolía la zona de las costillas en la parte baja, tampoco de espaldas, ni boca arriba, estiró las piernas, los brazos, los dedos de los pies y de las manos, todo sin resultado alguno, se levantó nuevamente, nuevas arcadas  más fuertes, y estaba usando los brazos para sostener a su propio cuerpo, es decir, para que el menor esfuerzo posible o tensión se desarrolle en la zona del dolor.

Cuando llegó su mamá a casa, ella había llegado con el pan y algo más para tomar un desayuno en la mesa del comedor, era habitual compartir el desayuno, las noticias y luego trabajar desde casa con los correos electrónicos, llamadas telefónicas y otros que todo independiente conoce, “lo demás son reuniones” 
como habitualmente explicaba; salvo en los casos de “sólo un café má, que hoy no hay tiempo” el desayuno era un momento familiar, de unidad; cuando ella llegó, definitivamente la escena que encontró no la terminaba de entender, “me duele, me duele” sólo atinó a escuchar pero no podía entender que fue lo que pasaba, ¿te has golpeado? Preguntó, - “no, no me he golpeado, no sé lo que pasa, me duele”, - “ pero siéntate mejor” (indicando la silla), fue ahí donde su madre se dio cuenta de la gravedad de la situación, entre eructos sin sentido “seguro has acumulado aire y lo bueno es que lo estas botando”,  vomitar agua, porque no había ingerido nada y tenía el estómago vacío a esa hora de la mañana, en el proceso de querer sentarse, él tuvo que apoyarse en sus brazos, la tensión que el simple proceso de sentarse le provocaba aunado al dolor recurrente de la zona de las costillas, derivó en un “ por favor, llama a un médico o vamos a la clínica”.

En realidad, no sabía si ir a la posta médica o a la clínica, porque si era una apendicitis ¿Cómo lo iban a costear? Escribió a su amiga que traduce textos médicos del inglés al español y cuya toda su familia esta relacionada con la medicina, la que le indicó que el dolor podía ser en las “costillas flotantes”, - ¿flotantes? pensó, pasó a google, y efectivamente lee que hay unas costillas flotantes que son como que nadie sabe para qué están ahí porque te las puedes extirpar para tener una mejor cintura, es decir, es como si fuera un adorno porque si las puedes extirpar por estética, está claro que  no cumplen una función principal, pero están ahí.

La indicación de las costillas flotantes, encajaba exactamente con la zona del dolor y hacía pensar que no sería una apendicitis, aunque no había dejado de ser un riesgo aún.

Su mamá recordó que el municipio cuenta con un servicio de Ambulancia 24 horas exclusivo para los vecinos en caso de emergencia, y definitivamente ésta era una, realizada la llamada, la telefonista confirmó que iban a recogerlos, pasaron sólo unos minutos y el dolor se ponía intenso y él volvió a vomitar, dudando de si ir en taxi inmediatamente o esperar a la ambulancia, él pide que confirmen por teléfono si realmente lo van a recoger, su mamá llamó para confirmar si iban a venir y le dijeron que sí, que ya estaban en camino, pero pasados 2 minutos llamaron a la casa para confirmar que “la ambulancia está en camino” pero indicando a otra dirección… es decir, había una confusión y no se contaba con la certeza de si la ambulancia iba a venir o no , “por favor CONFIRMALO!” levantó la voz, Si no van a venir que no jodan y nos vamos, la ilusión, la tranquilidad de sentirse respaldados por la atención financiada con los impuestos del distrito – considerando que siempre han hecho todo lo posible para estar al día en ello – se cayó, no podían atender porque no había unidad disponible, al carajo! vamos en un taxi! uso una aplicación, solicitó un taxi que estaba a sólo unas cuadras y éste llegó, pudo entrar al mismo entre histérico y adolorido, con cara pálida y mortificado por la situación, llegaron a la zona de emergencias de la clínica, y fue necesario traer silla de ruedas, hasta el proceso de sentarse le dolió y empezaba a desesperarse.

- ¿Te has golpeado? ¿Te caíste? ¿Qué pasó? preguntó el enfermero como parte de la rutina y para entender la situación, mortificado por la respuesta que se veía en la obligación de dar respondió “no me pasó nada” pero estaba ahí retorciéndose y empezando a golpear la barra metálica de la camilla con fuerza, ya que, ni siquiera podía echarse en ella, ni sentarse en ella, y entre doblado y parado, nuevamente vomitó agua.

Al aparecer el Doctor, éste encontró las mismas respuesta, "no me he hecho nada!" repasó rápidamente y explicó todo el día incluyendo la manera en que se despertó – la llamada – y que fue un salir de sueño algo brusco, el doctor confirmó que la zona afectada, generadora del intenso dolor eran las costillas flotantes, y tocó la zona pero solo al apoyarse ligeramente él sintió un dolor fortísimo, que no era por la mano del doctor, si no, porque efectivamente estaba doliendo, el Doctor dio su veredicto profesional indicando dos cosas que parecían contradictorias entre sí: la primera es que la zona afectada, efectivamente no comprometía órganos vitales, lo cual era un gran alivio en el sentido de que no sería necesario una gran cantidad de dinero, pero era contradictorio porque el dolor y la situación en la que se encontraban correspondía a una emergencia; y la segunda, es que no era necesario realizar una radiografía, porque aún en el caso que me hubiera alguna fisura o algo en la costilla, ésta se repara sola, es decir, a nadie le pueden enyesar las costillas o algo parecido, osea me van a dejar así ¿?!!!.

“Es muy sensible al dolor” dijo el doctor a su madre, para cerrar, y explicó que debido a la intensidad del dolor físico que estaba experimentando era necesario inyectar tranquilizantes, aplicar suero, recetar reposo y pastillas.

Para inyectar vía intravenosa en el brazo, era necesario que Rodolfo se quede quieto, de hecho que se eche, “eso no va a pasar señorita” fue seguido de una consciencia de derrota, de quien aceptó que perdió el control de sí mismo, repentinamente se puso a lagrimear sin parar y sin saber qué hacer,  con el brazo extendido mientras la enfermera lo inyectaba, derrotado y sin explicación lógica, con su madre al frente, estupefacta.

Aproximadamente 45 minutos después de la inyección y con el suero puesto, los sedantes vencieron al dolor y a Rodolfo, aún con señal de tensión y ceño fruncido durmió.

Una hora después despertó y empezó a procesar todo lo acontecido, no podía ni puede entender cómo puede uno estar bien en un momento y terminar en la mierda en el otro; en un accidente o una enfermedad o un golpe existe una razón racional producto de la tragedia que aconteció, repentina o no, existe incluso una casualidad terrible en el acontecer de la situación, pero acá sucede otra respuesta la que  me encuentro obligado a dar, me autofisuré o me autotorcí o algo me hice al contestar el celular, algo, de forma tan precisa y contundente que me dañe a mí mismo, en mi cama, en mi propia casa.

Esto sucedió y espero – creo - que escribir de este tema, no es algo tan absurdo como todo lo anterior, siento que alguien me timó o me quiere dar una lección que aun no entiendo, espero que tú seas más rápido que yo.


por Rodolfo Ponce De León
Hecho en Septiembre2016
Publicado Marzo2017



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